La curva del olvido
Este es un cuento que no terminé de escribir hace ya más de un año. Esta es la primera parte, si les agrada subiré la segunda...después veremos si termino de redactar la tercera :)
Era de noche. La luna llena alumbraba hermosamente el sendero que se hacía paso entre los pinos. Los veía pasar lentamente desde la ventana de la carroza.
-¿Te agrada la vista Emily?- me preguntó Stephen como si acabase de adivinar mis pensamientos.
-Sí mucho- le sonreí.
-Solo espera a que lleguemos al claro, es mucho mejor que esto. Aunque tendremos que pasar por unas barrancas, pero no os preocupéis, cuando las pasemos llegaremos al claro y veréis lo magnífico que es.
-Por lo que me dices, deduzco que valió la pena haberme escapado- le dije en tono de broma.
Me acarició la mejilla y me sonrió como siempre suele hacerlo.
-¿Qué haré con vos mi pequeña rebelde?
Me limité a ampliar mi sonrisa y mirarlo a los ojos. Nunca podría olvidar esos grandes ojos, que eran del color de las avellanas y que al sol parecían levemente más claros.
Él también me miraba. Siguió acariciando mi mejilla y después se acercó más y nos besamos. Por un momento recordé lo que vivimos ayer: nos entregamos el uno al otro. Había sido una muy bella demostración de amor, pero siento culpa por no haber esperado al matrimonio. Ya solo faltaban 3 días, y creo que pudimos esperar, pero ayer…ayer simplemente nos habíamos dejado llevar sin pensar que sucedía alrededor. Supongo que así es el amor: una entrega absoluta en la que dais todo de ti por la persona que amas.
-Ya solo faltan 2 días- le susurré con los ojos aún cerrados. Se separó un poco y me miró con alegría.
-Lo sé Emily, ya no os puedo esperar. El sastre ya terminó el traje que usaré, y Roy me ha acompañado a recogerlo.
De un momento a otro sus ojos se volvieron tristes.
-¿Qué os ha sucedido Stephen?
Bajó la mirada.
-Es solo que extraño mucho a mi madre, quisiera que estuviese aquí.
Yo sabía la historia de Stephen. Su madre había muerto cuando él era adolescente, y su padre de tristeza se fue a otro país y lo dejó a cargo de Roy, quien era su criado.
-Y también extraño a mi padre-prosiguió- pero el ya se ha olvidado de mi. ¿Vos nunca me olvidareis verdad Emily?-me pidió con unos insoldables y tristes ojos.
-No Stephen, ¿cómo os podría olvidarte? Eres a quien más amo.
Me sonrió y acunó mi rostro entre sus manos para besarme de nuevo. Este beso duró mucho más. Después el tomó mi mano y la entrelazó con la suya. Nos sonreímos de nuevo. Ya estábamos acercándonos al claro. El sendero y los árboles se quedaron atrás. Ya podía ver la luna…qué lástima porque fue lo último que vi.
Hola Karla, es la primera vez que visito tu Blog, y realmente me facinó... escribes genial, me pasaré mas seguido por aquí :D
ResponderEliminarEn cuanto a tu entrada, la historia es muy bonita, esperaré ansiosa la continuación! :)
Obviamente, te sigo ;)
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