SAUDADE

Hay momentos que parecen réplicas exactas de nuestros recuerdos. El día, la hora, el clima. El lugar, las personas, el momento. ¿Qué es? No lo sé. Tu recuerdo llega y me hace sonreír. Hace dos años que moría de amor por ti. Y luego todo salió mal... Y aún así, tuvimos una segunda oportunidad... y hasta una tercera. Y una a una las dejamos pasar. Pienso en lo que sería de nosotros ahora. ¿Me habría ya cansado de tus ojos mansos? ¿Me habría hartado de tus tiernos abrazos? ¿Seguiría anhelando tus rosados labios? Y luego pienso en nuestra breve historia. Quiero otro día de diciembre. Quiero otra vez sentir mi corazón palpitar fuertemente. Quiero que mis palabras se enreden al verte. Siento el deseo de buscarte, de encontrarte. Te imagino de nuevo frente a mí, y entonces entiendo... No te busco a ti. Busco resucitar aquello que sentí, Deseo aquello que no viví. Nunca me enamoré de ti, sino de aquello que me hiciste sentir.

Cuando te sientas impotente, toma una hoja en banco y escribe. Viértete en ella. Sé tinta y baila con la pluma. Transformate en un lenguaje. Manifiéstate. No dejes espacios en blanco. No importa que nadie te comprenda, si así, al menos, te encuentras a ti misma.

Le dieron a elegir entre dos opciones: en la primera, podría encontrar al amor de su vida y ser feliz con él, pero correría el riesgo de que el amor se desgastara con el tiempo; en la segunda, encontraría al amor de su vida solo para perderlo, pero podría hacer literatura con ello. Eligió la segunda opción. Al menos así sería eterno...