El objeto estético
Un objeto no es enteramente estético sino hasta que un receptor entra en juego. Aquel día eras un muchacho de hermosos ojos verdes. Aquel día eras un joven cargando a una tierna niña. Aquel día eras el desconocido de la hermosa sonrisa... Aquel día en que temí perturbar tu tranquila aura, mi necia mirada quiso transformarte en poesía. Y mi obstinado corazón quiso componerte una sinfonía. Y mis manos quisieron ser pinceles para inmortalizar tu peculiar fisonomía. Y mis neuronas se negaron a funcionar... sin embargo, sucedió algo particular: En el momento en que no pude dejar de mirarte, dejaste ser aquel chico de la esquina y te convertirse en una obra de arte.