No vino como el fuego
No sentí el escozor
de mi piel ardiendo
Nunca mis pulmones me asfixiaron
ni en mi boca las palabras se enredaron
mis miembros torpes no se volvieron
ni mi corazón latió desordenado
No sentí el temblor del suelo
ni la llegada de un nuevo cielo
No vino.
Nació.
Creció.
como todo lo vivo
Somos receptores de la eterna energía que dirige la existencia.
Somos cocreadores de la vitalidad que nos dinamiza.
No vino como el fuego,
pero ahora sé que me siento viva
cada vez que me pierdo
en tus ojos negros.
No sentí el escozor
de mi piel ardiendo
Nunca mis pulmones me asfixiaron
ni en mi boca las palabras se enredaron
mis miembros torpes no se volvieron
ni mi corazón latió desordenado
No sentí el temblor del suelo
ni la llegada de un nuevo cielo
No vino.
Nació.
Creció.
como todo lo vivo
Somos receptores de la eterna energía que dirige la existencia.
Somos cocreadores de la vitalidad que nos dinamiza.
No vino como el fuego,
pero ahora sé que me siento viva
cada vez que me pierdo
en tus ojos negros.
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