Sentado, frente a mí, lo observo. Y me pierdo. Dejo de escucharle,
porque la imagen que se me presenta es bellísima. El sol toca su rostro y al
hacerlo sus rasgos se suavizan, y al mismo tiempo se singularizan por efecto de
las sombras que el mismo provoca cuando se mueve. Sus cejas se tornan más
gruesas y negras; sus pestañas, espesas y aquellos ojos negros, y luego cafés cuando la luz los mira de frente. Hermosos. De pronto deja de hablar y mira
un punto fijo. Me dejo ir. Nada existe, sino él.
Renascence
Me descubrí sonriendo a la nada o quizás al reciente recuerdo o tal vez a la sensación recuperada Me encontré bailando a mitad de la calle con el ocaso formando siluetas en los edificios con el aire refrescando la tarde y sentí confianza de nuevo y pude reír y sentir el ritmo en mi cuerpo y luego el pequeño detalle un mensaje un gesto yo sonriendo de nuevo y miré mi herida estaba cerrando ya no dolía miré la marca sí, había sucedido pero me estaba recuperando el dolor se estaba volviendo un recuerdo Me descubrí sonriendo de nuevo Creyendo, queriendo Despidiéndome de lo roto y saludando lo bello
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