Cuando te sientas impotente, toma una hoja en banco y escribe. Viértete en ella. Sé tinta y baila con la pluma. Transformate en un lenguaje. Manifiéstate. No dejes espacios en blanco. No importa que nadie te comprenda, si así, al menos, te encuentras a ti misma.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Renascence

Imagen
Me descubrí sonriendo a la nada o quizás al reciente recuerdo o tal vez a la sensación recuperada Me encontré bailando a mitad de la calle con el ocaso formando siluetas en los edificios con el aire refrescando la tarde y sentí confianza de nuevo y pude reír y sentir el ritmo en mi cuerpo y luego el pequeño detalle un mensaje un gesto yo sonriendo de nuevo y miré mi herida estaba cerrando ya no dolía miré la marca sí, había sucedido pero me estaba recuperando el dolor se estaba volviendo un recuerdo Me descubrí sonriendo de nuevo Creyendo, queriendo Despidiéndome de lo roto y saludando lo bello
Leer más

Vive

Me parece que nunca he hablado de mí. Llevo casi 2 años con este blog y no le dado utilidad alguna. En ocasiones publico entradas con historias que salen completamente de mi cabeza y a los dos días ya están eliminadas. La razón es que nunca me hallaba conforme con lo que escribía y debo admitir también que mi mediocridad a veces me impedía continuar.  Pero ahora con una autoestima y forma de observar renovada, me permito darles a conocer un poco de mí. Soy escritora de mis propias historias desde hace 3 años, cuando tenía yo en ese entonces 12. Todo comenzó con un reto que se convirtió en mi gran pasión. A veces me refugiaba en mi propio mundo para no ver la realidad de la vida, en realidad cuando era más pequeña no tenía noción ni siquiera de lo que significaba la vida. Ahora con una versión más objetiva de la historia mis opiniones y mi forma de concebir la realidad va cambiando. A veces soy la chica que canta a volumen alto las canciones de Taylor Swift y otr...
Leer más

Dos de junio

Imagen
Teníamos una cita. Dijiste que aquella noche dormiste poco porque pensabas en cómo sería el otro día, que constantemente despertabas con el corazón alborotado, emocionado por lo que pasaría. Yo no tenía idea. Había hecho algunos planes por la mañana que retrasaron nuestro encuentro, pero me esperaste con paciencia y nos dirigimos al lugar acordado. Es un lugar de tu pasado, uno en el que fuiste muy feliz, según me has contado. Entramos, y poco a poco sacaste tus memorias; las expusiste frente a mí y cada rincón tomó vida, cada espacio se convirtió en una historia. Tus ojos brillaron y mientras hablabas, pude notar el amor con el que recordabas aquella parte importante de tu vida. Estabas tan feliz, y ahora yo era parte de esa parte de ti. Tu presente y tu pasado se habían reunido. Caminamos de lado a lado, me contaste anécdotas, generalidades, curiosidades, detalles de tu yo de hace algunos años. Terminamos el recorrido y, cansados, nos sentamos sobre el pasto, frente a una ...
Leer más